ESCUELA DE PADRES: “¡Castigado! Esta semana ni entrenas ni hay partido, así aprenderás”

Así comienza el artículo de Yolanda Cuevas que compartimos en nuestra sección Escuela de Padres. Esta psicóloga especializada en salud y deporte ha publicado varios artículos interesantes que nos ayudan a reflexionar sobre el valor de la actividad deportiva para los niños y el modo en que los padres lo gestionan.

Todos reconocemos esa frase, seguramente muchos padres o tutores que estáis leyendo esto la habéis dicho alguna vez. No pasa nada, pero es hora de cambiar.

El deporte tiene muchísimos beneficios para los niños, destacamos algunos:

  • Fortalece los huesos y músculos de los niños, favoreciendo su crecimiento y salud física.
  • Previene el riesgo de enfermedades como la diabetes o la obesidad.
  • Ayuda a los niños a coordinar sus movimientos.
  • Los ayuda a dormir mejor.
  • El deporte enseña valores como el esfuerzo, la disciplina y el compañerismo.
  • Los niños que hacen deporte son más sociables, se concentran mejor y son más creativos.

Si el deporte tiene todos estos beneficios para los niños (y muchos más que no hemos mencionado), cabe preguntarse:

¿Por qué castigarlos sin entrenamiento o sin jugar un partido?

El castigo no es la solución, y  menos aún si se les priva de una actividad tan importante para su crecimiento y su desarrollo personal.

Os recomendamos leer el artículo completo de Yolanda Cuevas, os ayudará a encontrar alternativas al castigo a través de la reflexión y el diálogo. Lo reproducimos a continuación:

 

ARTÍCULO DE YOLANDA CUEVAS: ¡Castigado! Esta semana ni entrenas ni hay partido, así aprenderás.

“Todos conocemos esta frase pero, ¿sirve de algo?

Sabemos la gran lista de beneficios  físicos, que tiene el deporte:

  • Fortalece los músculos y huesos
  • Previene la obesidad
  • Previene el riesgo de enfermedades tales como la diabetes
  • Puede corregir posibles defectos físicos
  • Ayuda a coordinar sus movimientos
  • Estimula la higiene y la salud
  • Duermen mejor… pero, y ¿cómo herramienta educativa y psicológica?

Aprenden  a socializarse con nuevos compañeros, a  ganar y compartir triunfos, a perder y saber tolerar la frustración, experimentar emociones, controlar la impulsividad en unos casos y a vencer la timidez en otros, reducir la ansiedad, respetar las normas, al entrenador, jugadores, rivales y a los árbitros, aumentar su confianza porque de cada uno de ellos depende el resto del equipo, se crean lazos de ayuda entre ellos, se fomenta la colaboración, se promueve una mejor gestión del tiempo al tener que estudiar o hacer deberes, les enseña a fijar metas, les desarrolla habilidades como el pensamiento estratégico, la capacidad de liderar, desarrolla la pertenencia a un grupo con intereses y objetivos comunes, enseña  a ser responsables y a cumplir con lo que uno se compromete y se comienza a desarrollar el hábito deportivo.

El cerebro de un niño/a deportista es más activo, la atención y concentración toman protagonismo, escuchan, asimilan, actúan según directrices de sus entrenadores y a la vez se centran en los movimientos sin perder de vista a sus compañeros, es su día a día en el entrenamiento

Su práctica fomenta el ser perseverante, tolerar el error propio y el de los compañeros y aprender de ellos como parte del proceso de aprendizaje, se sienten de este modo protagonistas activos de su aprendizaje repercutiendo de una manera valiosísima en su autoconfianza, autoconcepto y autoestima compañeros de viaje a lo largo de toda sus vidas.

Cada día que privas a tu hijo/a de la práctica deportiva impides su desarrollo físico, mental y de su larga lista de beneficios.

Desde pequeños la clave es establecer los límites con firmeza y alternativas educativas ingeniosas para que el castigo sea la excepción y no la regla. Y en muchos casos el castigo, extingue la conducta de manera puntual pero la raíz del problema no se soluciona y muchos niños/as que, pese a ello siguen” haciéndola” cuando pueden o cuando creen que no les ven.

El castigo de moda: “te dejo sin….” Está demostrado que no  es efectivo y de allí conocidas expresiones  –“le da igual que le dejes sin…” porque para que sea castigo educativo tiene que suponerle esfuerzo lo que le ayudará a autocontrolarse. Si le castigas sin ir a entrenar no solo no hace esfuerzo por ello sino que le privas del esfuerzo que tenía que hacer por desplazarse, dejar de hacer lo que estaba haciendo, cumplir con el compromiso que tiene con sus compañeros, etc… es decir fomentas la no responsabilidad.

Reflexión, pautas claras y diálogo en el momento adecuado para transmitir las normas es la clave para un nuevo comienzo”.

Post Author: Atletico Guadalajara